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Guerrero, El Último Ídolo

  • Foto del escritor: El Diario Del Hincha
    El Diario Del Hincha
  • 29 nov 2019
  • 5 Min. de lectura

Ante la escasez de referentes en el futbol nacional es el capitán de la selección quizás el único ídolo que queda para la mayoría de peruanos.


Que cosas no se han dicho de Paolo Guerrero, se puede saber casi todo de su carrera futbolística haciendo un solo click en internet y algunas cosas personales (intimas) del mismo aumentándole a la búsqueda nombres de personas con las cuales él se ha relacionado. Paolo es junto al Cholo Sótil de los pocos futbolistas peruanos que han tenido su película personal. Paolo es el goleador máximo de la selección peruana con 39 goles. ¿Paolo es el último ídolo del futbol peruano? Es una pregunta cargada con el peso de la afirmación puesto que ahora se observa una crisis de jugadores peruanos que lleguen al punto de ser referentes nacionales tal como lo es el.

Guerrero inicio su carrera en Alianza Lima, club en el cual nunca debutó en el equipo oficial. Desde las categorías juveniles se ve que la prensa deportiva lo trataba como el chico promesa (junto con Jefferson Farfán), algo insólito en los noventas, darle pantalla a un chico de 19 años llamaba mucho la atención. El salto que dio de Perú a Alemania habrá valido la pena para los periodistas que confiaron en él. Estando en ese frio infernal, Paolo contaba que le fue difícil acostumbrarse al no tener a su familia y amigos más cercanos junto a él. Es conocida la importancia para el su familia. Su madre, “Doña Peta” ha sido entrevistada muchas veces en televisión nacional, de vez en cuando se le escapaba algún dato del goleador. Su padre no ha sido tan mediático pero es sabida la importancia que ha tenido en su vida. Se acostumbró a Alemania cuenta el gracias al que quizás pudo llegar a ser más referente que él en Perú. Claudio Pizarro ya estaba jugando en el Bayer Múnich, siendo muchas veces titular en la liga alemana. No rindiendo del todo bien en el equipo bávaro El Depredador parte a otra ciudad del país de Müller y Beckenbauer. El Hamburgo compra su pase y lo considera desde el arranque de temporada para ser parte del primer equipo. Guerrero ya tenía cierto prestigio debido a sus buenas actuaciones. En los dinosaurios estuvo por más de 5 años, rindió de manera efectiva logrando tener un promedio de 0.54. Sin embargo, se esperaba que Paolo pudiese jugar en un equipo más grande, a la par su importancia en la selección cada vez aumentaba más frente a la ausencia de delanteros en el equipo, la actuación en la Copa América del 2011 lo puso en el radar para cambiar de panorama en la gente. Se le empezó a tratar diferente, fue el goleador de esa edición. Deja el frío por el calor.

Como siempre la incertidumbre que plantearon los medios de comunicación peruanos fue tan voraz que ponían a Paolo Guerrero jugando en grandes clubes de Europa. Era cierto el interés que había por el delantero pero de manera concreta solo existió la posibilidad de que juego en la liga española, vistiendo la camiseta del Valencia. El depredador descartó la oferta, quería cambiar de aires, según declara. Ya conocía Europa al derecho y al revés. Era Brasil el destino elegido, y el Sporting Club Corinthians el equipo que compra el pase del goleador por 7.5 millones de dólares. Paolo siempre fue un hombre de calor, de playas, de hacer reuniones familiares los domingos, eso le recordaba su barrio en Chorrillos. La ciudad de la samba le permitía eso. En el “Timao” tuvo un arranque de temporada de ensueño, ganándole nada más y nada menos que al Chelsea en la final del Mundial de Clubes y ganando el balón de bronce en aquella edición. En la celebración cargo siempre la bandera peruana. En el equipo brasileño marcó 52 goles en total.

Las eliminatorias para el Mundial de Brasil 2014 empezaban y Paolo comandaba el grupo denominado “Los 4 Fantásticos”, en este estaba Jefferson Farfán, Claudio Pizarro y Juan Manuel Vargas. La prensa los vendió asi. El ser el más mediático del grupo lo convirtió también en el más querido, a pesar de no llevar al Perú a un mundial. Se empezó jugando bien en ese primer partido contra Paraguay jugado en Lima y en el cual Guerrero marcó un doblete pero a lo que ya estábamos acostumbrados los peruanos a sufrir, fue solo un momento efímero. En todo ese proceso se escuchaba la frase “Jugamos como nunca, perdimos como siempre” del mítico Alfredo di Stéfano. Aun asi la gente iba al estadio a ver los partidos de la selección, la crítica hacia el comando técnico de Sergio Markarian fueron arduas y a algunos jugadores también les cayó de todo. Paolo Guerrero fue uno de los pocos futbolistas menos criticados, se veía el compromiso que tenía con el equipo, compromiso que no se veía en otros. Hubo un cambio también muy notorio en la carrera de Guerrero que empezó casi por esas épocas, cambió su manera de declarar y decir las cosas, no se sabe si lo hacía de manera involuntaria pero sus mensajes buscaban la identificación con el hincha, entendía el sufrimiento que había de por medio. Poco a poco la imagen de líder iba ganando más peso.

La Copa América que vino en el 2015 nos trajo a un Paolo más consolidado en el futbol brasileño. Ricardo Gareca, director técnico que recién llegaba a veces alternaba la capitanía entre Guerrero y Pizarro. La opinión pública pedía al depredador como único capitán. Esa copa realizada en Chile nos dio nuevamente el tercer lugar y también nuevamente el depredador fue el goleador del certamen. Las eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018 estaban a punto de empezar.

Se veía lo mismo, casi todo el plantel anterior de las clasificatorias pasadas pero hubo un quiebre en un partido según algunos medios. Perú jugaba con Uruguay en Montevideo, Pizarro sale de la cancha aparentemente lesionado y se le observa a Guerrero incriminarle, ese fue el último partido del Bombardero de los Andes con el combinado nacional y el inicio de la “Paolomanía”. Se vio un cambio generacional en el equipo combinando experiencia y juventud, nos fue bien. Llegamos al repechaje con un gol de tiro libre de Guerrero en la última fecha jugado en el Estadio Nacional de Lima frente a Colombia. “El capitán” como se le comenzó a apodar a Paolo tuvo que afrontar una noticia penosa en su carrera, se le acusaba de doping (penúltimo partido contra Argentina). Hubo toda una seguidilla de informes, reportajes, noticias sobre el caso. La gente estaba preocupada, el capitán no podía jugar el repechaje. Se clasificó al mundial y toda la gente añoro a Guerrero, el más que nadie merecía estar esa noche que se logró el sueño después de 36 años. La gente lo pedía, las diversas entrevistas que se hicieron a los hinchas en los alrededores del Nacional post partido contra Nueva Zelanda pedían que si o si Paolo este el mundial. Farfán les recordó a todos que Guerrero estaba presente al enseñar la camiseta con el número “9” luego del segundo gol peruano.

Finalmente, el peso de referente o ídolo quizás se haya notado más que nunca en la campaña que se hizo para que Paolo Guerrero llegue al mundial. Diversas marcas apostaron por la verdad que decía el capitán. Incluso hubo un banco que le dedico un spot en televisión nacional. Diversos periodistas deportivos afirmaban que Paolo debía estar en Rusia. La gente usaba las redes sociales para insultar a la FIFA. Paolo generaba eso, quizás haya sido el último esbozo de pasión hacia un futbolista peruano, porque ahora ya no lo hay.


 
 
 

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