Este Amor No Es Para Cobardes
- El Diario Del Hincha
- 27 nov 2019
- 5 Min. de lectura
Para la mayoría de las personas si les preguntas sobre la barra de algún equipo, lo primero que se les viene es el típico estereotipo de hombre con algún pasado delictivo, fumón y borracho, pero nadie se ha puesto a pensar que todas las personas que asisten tienen una vida distinta y que hay personas que no necesitan pertenecer a ese prejuicio, que las personas se las ha impuesto, para alentar los más de 90 minutos a ese equipo de sus amores.
A estas alturas de la historia Alianza Lima se jugaba la vida, tanto en la categoría de hombres y mujeres, para poder llegar a los play off de los respectivos torneos. Eran las 10:45 y Nicolas ya tenía todo listo, su camiseta, billetera y lo básico para un viaje tan largo, los audífonos. Él sabía que desde Chaclacayo hasta el estadadio se demoraría aproximadamente unas horas, por eso no esperó más y salió corriendo al paradero, durante el viaje cada vez los nervios se le notaban más y las señales eran muy evidentes, desde el movimiento de pierna hasta el sudor que dejaba en el protector de su celular, lógicamente el no notaba todo esto, el simplemente estaba concentrado en lo suyo, como si el también estuviera jugándose su propio partido. Llegó a su primera parada, en Ceres se encuentra el primer paradero los corredores que van todo Javier Prado, como el sabía que se iría de largo aprovecho y entro a uno de los chifas que encontró camino al paradero. Como para ir calentando el ambiente decidió poner en Youtube el partido de la final de la copa del Inca del 2014, de pronto dejo los cubiertos, se llevó una de las manos a la frente y la otra la agitaba, esa reacción tenía una sola explicación y su nombre era Koichi Aparicio, ese gol fue de otro partido. Al terminar el almuerzo lo único que quedaba era ir hacia la larga cola que lo esperaba.
Algo peculiar era que la música que escuchaba a máximo volumen, no era una música cualquiera, sea salsa, rock, o reggaetón, Nico se dedicó a escuchar durante todo el camino los canticos de Comando Svr, era como si había planeado con exactitud que al llegar tanto la música como los canticos de la barra en un punto se volvieran una sola y el entrara sin desentonar.
Para una persona que le gusta el futbol hay varias formas para hacer la previa del partido que quiere ver, a algunas les gusta ver la antesala que te ofrece el canal que lo transmitirá, otros prefieren conversar sobre la actualidad del club y como le estuvo yendo en sus últimos partidos, Pero Nico tenía otro plan, antes de ir a Matute hizo una pequeña parada en la Videna, ahí se encontraba el equipo femenino haciendo el calentamiento. No había mejor previa a un partido tan importante como ver otro partido y del club de sus amores. Ya junto a la “Banda Intima” empezó a salir a flote esa personalidad que solo la veras en el si te lo encuentras en una tribuna, de lo callado que estuvo durante el viaje, empezó a saltar y gritar a todo pulmón los canticos. Iban pasando los minutos y el partido estaba parejo, hasta que de un tiro libre Emily “la peque” Flores hizo que toda la barra pueda sacar ese grito de gol que estaba atorado en sus gargantas, a partir de ahí todo fue como una fiesta, Nicolas siguió cantando y saltando, al final del partido las chicas ganaron con un rotundo 4-0, “la peque” volvió a meter otro gol y los otros dos se lo repartieron entre Carmen Rosa y Sandy Dorador.
La tarde pintaba un ambiente de fiesta, Nicolas saludo a las chicas y las felicito por su gran partido, ahora le tocaba ir corriendo hacia matute, salió rápidamente de la videna y corrió hacia Aviación tomo el primer micro que pasara y lo dejara cerca al estadio, en el carro se puso los audífonos nuevamente, pero esta vez para confirmar la alineación que se había dicho un día anterior, con forme se iba acercando su corazón se aceleraba más, tal vez era por la importancia del partido o porque estaba con los minutos contados para poder ingresar, se bajó en México con Parinacochas y de ahí se fue caminando hasta Isabel la Católica, ya en esa calle se podía ver a miles de aliancistas caminando en un solo destino, al llegar a estadio Alejandro Villanueva se quedó un momento al frente como si estuviera congelado, en su cabeza pasaban miles de recuerdos, una de ellas era que tenía fe de que Alianza iba a ganar y que solo tenía que alentar de corazón, para que todos juntos puedan la vuelta puedan dar.
Ya adentro empezaron los 90 minutos más largos de su vida, este era el partido Alianza o seguía con en carrera por el título o simplemente se podía ir despidiendo, lo que Nicolas no tenía imaginado era que en el minuto 3 Rinaldo Cruzado iba a tirarle un pase largo a Adrian Balboa y que de inmediato iba a mandar un centro a Federico Rodríguez, que estaba llegando sin ninguna marca, para poner el primer tanto que ayudaría a ponerse por delante al cuadro blanquiazul, después de ese gol todo el estadio se quería venir abajo, Nico se abrazó con personas que ni conocía y que lo más probable es que nunca más iba a ver, Pero esos abrazos y festejos iban a quedar anulados cuando en el minuto 12 el capitán de Sport Huancayo, Manuel Corrales, pondría el 1-1, por unos breves segundo el estadio quedo en un silencio absoluto, hasta que despertaron del shock y Comando empezó a cantar con más fuerzas y empezaron a contagiar a las demás tribunas, poco se pudo hacer en el primer tiempo, ambos equipos estaban jugando muy parejo, pese a las llegadas de Alianza. En el descanso Nicolas solo se quedó sentado en su asiento y este solo recordó lo que le dijo su padre en el partido pasado en Arequipa, “tienes que tener fe hasta el último minuto” y este se aferró a esta idea. En el segundo tiempo nuevamente se prendio el ambiente, era borrón y cuenta nueva, pero eso no era suficiente en la cancha, hasta que a falta de 10 minutos de que acabe el partido, tras un centro Federico Rodríguez mete el cabezazo y que gracias a la ayuda del desvío de un jugador de Huancayo, la pelota llega a entrar, Nico solo se puso a llorar, con ese resultado Alianza se ponía puntero a falta de un solo partido, pero Alianza iba a dar una alegría más y tras un lujo de Quevedo sentenciaba el partido dando como resultado final 3-1. Las personas tiraron todo y solo querían salir a las calles para festejar.
Nico no se arrepintió en ningún momento de haber venido hasta el estadio, de caminar muchas horas y solo para ir a alentar a su amada blanquiazul y esto se debe a que para él Alianza es un sentimiento que sale del corazón.

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